Leo
en la blogosfera, lugar en el que habito desde hace unos años, que
“actualmente, al
día,
recibimos alrededor de 3.000
impactos informativos,
de los cuales procesamos 50 y únicamente 25 dejan algún recuerdo”.
Unos
números que nos llevan a reflexionar sobre la infoxicación o
sobrecarga informativa, o lo que es lo mismo, esa saturación de
datos, fechas, nombres y apellidos, hechos, fenómenos, triunfos,
tendencias y tantos por ciento y por qué no sobre la necesidad de
desarrollar instrumentos que nos permitan informarnos mejor.
Contaba
Alfons Cornellá, allá por el año 2000, que “la información se
multiplicará de manera mucho más rápida que nuestra capacidad de
generar tecnología para manejar este flujo de información”. La
idea a la que nos vamos a tener que acostumbar, nos sugería el
fundador de Infonomía y Co-society, “es que gestionar información
va a ser una parte cada vez más importante de nuestro trabajo”.
Aprovecho
este planteamiento para trasladarlo al ámbito empresarial; entonces,
¿quién debe gestionar esta información en una PYME? Si partimos
del reconocimiento de que la gestión de la información y el
conocimiento es actualmente una actividad estratégica para el éxito
de las empresas, la responsabilidad de tal tarea debería
encomendarse a profesionales formados en la materia, que sean capaces
de hacer llegar a los directivos y trabajadores la información
esencial y necesaria para una acertada toma de decisiones.¿O no?
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