Las redes sociales se han
convertido en herramientas indispensables para las empresas. Nos guste o no, es
una evidencia que muchos negocios están constatando y cada vez hay menos que se
niegan a aceptar esta realidad. Los
gestores más conservadores se dan cuenta de que están perdiendo una gran
porción del pastel, que cada vez se reparte entre más bocas hambrientas.
El informe `La Sociedad en Red 2013’ recoge un incremento
significativo del uso de las redes sociales, pero también es destacable el uso
que las empresas hacen de estos medios. La gran mayoría los usan para conversar
con sus clientes, como herramienta de ventas, y otras para involucrar a estos
clientes en la innovación de los bienes o servicios que les ofrecen. Hasta
aquí, la utilidad responde al leit motiv de las redes sociales:
escuchar y ser escuchado.
Sin embargo, en ese informe
aparecen otros usos como la selección de personal o la comunicación interna. De
este modo, aunque parece que a las empresas de nuestro país les cuesta ver las
ventajas del uso de los medios sociales, sí parece que se están sumando al
carro del employer branding, construyendo una marca como ‘buen empleador’ con
el objetivo de reclutar los mejores talentos y convertirlos en sus
colaboradores.
Y ahí es donde entra en juego la
implementación de una excelente política de comunicación interna, donde las
redes sociales son una de las herramientas que se debe usar para involucrar a
los colaboradores en los proyectos de la empresa, para mantenerlos informados,
para conocer su opinión, para motivarlos y para conseguir que los mejores sigan
trabajando en nuestra organización y no quieran irse a otra empresa que también
apuesta por el employer branding. Pero de todo esto podemos hablar en el
próximo post.
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