Hace varias semanas que Ryanair es protagonista en
los medios de comunicación por diversas polémicas que tienen que ver
principalmente con su, podría denominarse, ‘política de ahorro’. En realidad,
la compañía aérea siempre está de actualidad por las declaraciones de su
presidente, Michael O`Leary, o por sus impactantes y controvertidas campañas de
marketing y publicidad. Pero el caso es que, a pesar de ello, la empresa se
acerca a los 30 años de vida con resultados siempre positivos.
Por lo tanto, la pregunta que cabe hacerse es ¿por qué una compañía con una reputación tan nefasta consigue que los consumidores opten por ella? Ryanair invalida todos los manuales de comunicación corporativa y las reglas básicas de comunicación de crisis. Ante cualquier incidente siempre hay una declaración impactante de O`Leary. Recientemente, el presidente acusaba a los medios de comunicación de hablar sobre los aterrizajes forzosos de algunos aviones de Ryanair en España – parce ser que provocados por escatimar en combustible- debido a la sequía informativa del periodo estival, pero admitía que gracias a ello “en los últimos días hemos tenido un número récord de ventas de billetescomo consecuencia de la publicidad”.
El estilo irreverente del máximo responsable de la empresa ha quedado patente en multitud de ocasiones con insultos a clientes, administraciones y compañías de la competencia. La última salida de tono ha sido insultar a un cliente que no había llevado impresas sus tarjetas de embarque.
La estrategia de comunicación de Ryanair es conseguir que se hable de ella, aunque sea mal. La compañía apoya y acrecienta esa mala reputación como si su lema fuera: nadie puede hablar peor de nosotros que nosotros mismos. Tanto es así, que en muy pocas ocasiones se ha defendido de algunas polémicas y, si lo ha hecho, ha sido con un estilo ofensivo y provocador en un papel de verdugo en lugar de víctima.
En Internet proliferan las páginas en contra de Ryanair por cobro de tasas, por tarifas poco claras, por una mala gestión de atención al cliente… E incluso olvidan las redes sociales. Pero a pesar de ello, los beneficios empresariales de la compañía siguen en números verdes.
El motivo no puede ser otro que el producto que venden. La compañía low cost contribuyó a democratizar los viajes de avión con sus precios asequibles y sus continuas ofertas y promociones. Ahí radica su éxito. A pesar de la mala reputación de Ryanair, a pesar del mal trago que se pasa cuando los miembros de la tripulación miden las dimensiones de tu maleta y a pesar del estrés al comprobar si cogiste las tarjetas de embarque que imprimiste en casa, cuando se piensa en vuelos baratos, la mayoría de las veces se piensa en Ryanair. Y más en tiempos de crisis. De hecho, ya puedes hacerte una foto con el Ecce Homo por solo 12 euros, eso sí, gracias a Ryanair.
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